"La adicción forma parte de nuestra sociedad. Es una realidad, al igual que el desplazamiento forzado o la destrucción del medio ambiente."

Si hay alguien que sabe sobre el tratamiento de adicciones, ese es Norbert Wittmann. Es Director de la Junta Directiva de Mudra e.V., una organización alternativa de asistencia a jóvenes y drogodependientes de Núremberg. Wittmann organizó y dirigió durante muchos años el departamento para la juventud de esta asociación. Como docente invitado, ha dado clases universitarias sobre tratamiento de sustitución y ha desarrollado y dirigido a nivel nacional varios proyectos modelo sobre medidas innovadoras en el ámbito de las drogas. Además, es coautor de la directriz S3 relativa al tratamiento de trastornos relacionados con el consumo de metanfetamina (S3 Practice Guideline. Methamphetamine-related Disorders). Hemos conversado con Norbert Wittmann sobre por qué la criminalización, por sí sola, de las personas que sufren una adicción genera problemas, más que solucionarlos; por qué la comprensión de la adicción desempeña un papel central en la aplicación práctica de la política de drogas; y por qué, en realidad, las personas consumen drogas.

Programa Global de Políticas de Drogas y Desarrollo (Global Partnership on Drug Policies and Development, GPDPD): ¿Por qué es importante la labor de Mudra e.V.?

 

Norbert Wittmann: El lema de Mudra es “¡estar cerca!” (nah dran!). Además de prestar ayuda práctica, nos consideramos portavoces de personas afectadas. En el intercambio diario con ellas, ponemos a prueba nuestra labor y a nosotros mismos, revisamos la adecuación exacta de nuestro trabajo y su respuesta a las necesidades, y desarrollamos nuevos métodos y enfoques. Todo esto conforma gran parte de nuestra motivación y satisfacción. A lo largo de los años, Mudra ha establecido para la región una red de asistencia casi perfectamente entrelazada, la cual ofrece a personas afectadas y a sus familiares una ayuda rápida y adaptada a sus necesidades particulares en todas las fases. Acoger todo bajo un mismo techo significa distancias cortas y contrapartes conocidas, lo que permite un progreso eficaz y sostenible para las personas afectadas. Al mismo tiempo, la labor contra las adicciones es un cometido que concierne a la sociedad en su conjunto: los jóvenes necesitan educación e información; las personas afectadas requieren de ayuda profesional para sobrevivir, para salir de la adicción, así como para la integración. Sus familiares también necesitan apoyo; los vecinos, los comerciantes y los espacios públicos requieren seguridad, la cual debe ser ofrecida a través de puntos de contacto que funcionen adecuadamente; los comerciantes necesitan ayuda para conservar a sus empleados; la policía y el Estado de derecho necesitan un alivio para abordar los retos principales; la política necesita estímulos y certeza para utilizar los fondos públicos con prudencia; y la sociedad requiere una comprensión que le permita abordar con inteligencia la “dependencia” y transmitir los impulsos correctos a sus hijos e hijas.

© mudra e.V.
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¿Qué entienden ustedes por “reducción de daños” (harm reduction) y cómo la aplican en la práctica?

 

La reducción de daños la entendemos como la suma de las medidas que sirven para prevenir y/o para minimizar daños a los consumidores y consumidoras de drogas. Desde el principio hemos distribuido jeringuillas a los consumidores y consumidoras de heroína, lo que entonces aún se consideraba una violación de la ley. En última estancia, fue necesario el virus del sida para que las ofertas clásicas de reducción de daños recibieran amplio reconocimiento. Hoy en día, la reducción de daños se interpreta con una complejidad mucho mayor que en aquellos tiempos. Desde luego, son fundamentales los métodos orientados a las diferentes formas de consumo y las diversas drogas, como el intercambio de jeringuillas, el papel de aluminio, los tubos de aspiración y los filtros activos. También se sigue tratando de evitar la transmisión de enfermedades como la hepatitis o el sida, para lo cual se recurre a preservativos y estrategias de uso más seguro (Safer-Use). Facilitamos formas de aplicación alternativas que son menos dañinas y previenen la transmisión de enfermedades. Sin embargo, también adoptamos una visión más amplia de la reducción de daños e incluimos específicamente medidas que consideran el contexto, las familias, las parejas y los hijos e hijas, pero también el entorno de las personas afectadas. Para nosotros, la reducción de daños es en particular una metodología para generar confianza y establecer contacto con los consumidores y consumidoras de drogas.

 

¿Cómo es la labor diaria de Mudra e.V.?

 

¡Multicolor y diversa! Nuestro objetivo es estar cerca de las personas en todas las situaciones de la vida —desde el trabajo en la calle hasta asistencia posterior al tratamiento—, identificar, junto con ellas, sus necesidades, y desarrollar ofertas que permitan cubrirlas de manera alternativa y saludable. El consumo de drogas siempre tiene que ver con necesidades no satisfechas.

 

Si es que es posible responder a esta pregunta: ¿con qué grupo de personas trabajan con más frecuencia?

 

Las personas que padecen graves formas de dependencia de las denominadas “drogas duras” han sido, desde el principio, el foco de atención de nuestra labor. Lógicamente, este grupo destinatario sigue siendo especialmente importante para nosotros. En el transcurso de las décadas, sin embargo, se han ido diversificando tanto la sociedad como la oferta de estupefacientes y los grupos destinatarios. Hoy en día, en la medida de lo posible, procuramos alcanzar con ofertas a todas las personas afectadas, independientemente de su edad, nacionalidad, género o la sustancia ilegal que consuman. Adicionalmente, consideramos importante habilitar apoyo en todas las fases de evolución del consumo. Nos gustaría poder ofrecer más ayuda en las fases previa e inicial del consumo de drogas. Pero lamentablemente, dada la complejidad de la distribución de las competencias, resulta muy difícil financiar la prevención selectiva. Cuando se es posible prestar ayuda en una fase temprana, se puede conseguir mucho..

 

¿Qué contribución positiva le ofrecen a las personas afectadas? ¿Cuáles son los ejemplos de éxito de su trabajo??

 

El éxito de nuestra labor comienza previniendo la adicción, asegurando la supervivencia y evitando los daños resultantes de la adicción. Acompañamos a las personas en todas las fases y procuramos apoyarlas con una actitud positiva. En nuestra labor caben todo tipo de éxitos, desde los pequeñísimos avances diarios hasta el desarrollo de nuevas estrategias de vida. Pero estos éxitos solo son posibles para quienes sobreviven, y ahí es a donde apunta nuestra labor. Una y otra vez he aprendido que en este empeño no se debe dar por perdido o perdida a nadie.

© mudra e.V.
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¿Existió para usted personalmente una razón concreta para comenzar esta labor? ¿Cuál es su motivación hasta el día de hoy?

 

La posibilidad de concebir, de “probarme” a mí mismo y mis ideas, es para mí la motivación más grande imaginable. Ahora, como Director de la Junta Directiva de Mudra e.V., deseo ofrecer estas posibilidades a las personas que trabajan conmigo. Sin embargo, afronto una maraña de competencias altamente compleja y confusa, en la que las personas afectadas no son las únicas que se pierden entre los sistemas. Al igual que en los temas de la digitalización o la prevención, se ha instaurado una lentitud que impide la introducción de innovaciones rápidas y ajustadas a las necesidades. Esto también me motiva: poner el dedo en la llaga para posibilitar un marco de actuación más flexible y rápido en el trabajo social.

 

¿Encuentran ustedes obstáculos en su labor? ¿Deben afrontar prejuicios?

 

Die Anerkennung unserer Arbeit im Freundes- und Bekanntenkreis ist hoch, dort wo wir helfen ebenso. Drogenabhängigkeit ist aber nicht „schön“ und macht vielen auch Angst.

El reconocimiento de nuestro trabajo en nuestros círculos de amistades y personas conocidas es alto, al igual que allí donde prestamos ayuda. Pero la drogodependencia no es algo “bonito”, y a muchas personas también les asusta.

La atribución de culpa a las personas afectadas (“¡tú te lo has buscado!”), un prejuicio de origen histórico y firmemente arraigado, genera obstáculos y el rechazo de nuestra labor, pero sobre todo de nuestros clientes y clientas. Esta actitud viene alimentada por una jurisprudencia que divide el consumo de drogas en legal e ilegal. Se crea con ello una condición de inferioridad, y la ilegalidad por sí misma sugiere la culpa de unos y la inocencia de los otros. Desde el punto de vista de la ciencia de las adicciones, esta idea es completamente absurda, pero para las personas afectadas y sus familiares tiene consecuencias negativas y conduce a la estigmatización. No obstante, la dependencia está reconocida a nivel mundial como enfermedad desde hace más de cuarenta años.

 

El compromiso con la política de drogas solo puede dar resultado trabajando conjuntamente. ¿Cómo tiene lugar la cooperación con otras instituciones?

 

Para posibilitar un desarrollo y avances adaptados a las necesidades, las informaciones deben ser transmitidas desde la base hasta los altos niveles de decisión. Es importante que intercambiemos los conocimientos y las experiencias de las diferentes disciplinas científicas y campos de acción, y que aprendamos unos de otros. De ello se benefician nuestros clientes y clientas. Históricamente, la Medicina sigue siendo de gran importancia, ya que, desde este punto de vista, la dependencia se considera una enfermedad. En Alemania existen numerosas cooperaciones y redes, tanto regionales como suprarregionales. Ambas son importantes. Las regiones, ciudades, municipios y Estados federados afrontan retos diferentes, y las condiciones sociales, económicas y culturales difieren. En conjunto, nuestro sistema de tratamiento de adicciones y asistencia a drogodependientes es extremadamente complejo y diferenciado en lo relacionado al marco normativo y financiero, las competencias y el financiamiento. Por ello es importante actuar en todos los niveles, también en materia de política de drogas y en la esfera pública. El público general y la sociedad son, en definitiva, los destinatarios del trabajo social, directamente a través de las ofertas de asistencia o indirectamente mediante el amortiguamiento de los ámbitos sociales problemáticos y, con ello, la reducción de la carga para la sociedad. Ciertamente, es mucho lo que queda por hacer aquí. En otros lugares de Europa y del mundo están gozando de mucho más éxito presentando los beneficios del trabajo social para la sociedad y, por lo tanto, valorándolo apropiadamente. Un buen trabajo social es de gran valor no solo para las personas afectadas, sino también para la sociedad. En Alemania, las adicciones generan anualmente daños por valor de cientos de miles de millones de euros.

© mudra e.V.
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¿Ha evolucionado la forma de ver a las personas consumidoras de drogas y ha cambiado el trato con las mismas?

 

La aceptación de las drogas ilegales es otra que hace diez o veinte años. Esto es válido en especial para las denominadas ‘drogas blandas’, pero también para las drogas de uso recreativo y de rendimiento. Las sociedades cambian, y con ellas la cultura de consumo. El consumo de drogas ocurre en situaciones de motivación muy diferenciadas, lo cual exige también la gama correspondiente de ofertas de asistencia y asesoramiento. Además de las personas dependientes clásicas que requieren estupefacientes, nos encontramos con una cultura de diversión y rendimiento en la que juegan un papel fundamental el automarketing, el ocio y el traspaso de límites. Al mismo tiempo, se mantienen los prejuicios que no ven la drogodependencia como una enfermedad que debe ser tratada, sino como el resultado de la propia culpa. Estos prejuicios dificultan la ayuda y la reintegración. El trabajo en el ámbito de las drogas es siempre, también, un esfuerzo por atraer la atención pública y lograr comprensión, así como por eliminar el etiquetado simplificador de las personas.

 

¿En qué medida integran ustedes en su trabajo las necesidades de las personas consumidoras de drogas?

 

Consideramos importante el debate y el diálogo en todos los niveles. A nadie le conviene ignorar la situación y esperar a verse personalmente afectado o afectada. La drogodependencia sigue siendo un tema que despierta vergüenza y con frecuencia es considerado tabú. La adicción forma parte de nuestra sociedad. Es una realidad, al igual que el desplazamiento forzado o la destrucción del medio ambiente. Todo esto no se puede prohibir, ni tampoco eliminar mediante sanciones o exclusión. La adicción es siempre una terrible tragedia para las personas afectadas y sus familiares, y solo mediante la acción conjunta de todas las fuerzas es posible ayudar a las personas que sufren una adicción a estabilizarse y, en el mejor de los casos, a encontrar una salida de la dependencia. El desamparo se da cuando se está solo o sola.

 

¿Cómo puede beneficiarse de sus experiencias la cooperación con otros países, p. ej. su misión en Tailandia? Y, ¿qué ha aprendido, para usted y su trabajo, en el intercambio con Tailandia?

 

Personalmente me han fascinado la disciplina y el empeño con que se reorienta radicalmente en Tailandia la política de drogas. Seguramente esto se hace por necesidad, pero no por ello es menos notable y merece ser celebrado. Nos hemos encontrado en todos los niveles con un altísimo nivel de conocimientos médicos y psiquiátricos, y hemos podido observar avances en parte por delante de los nuestros. La velocidad con que se introducen cambios impone un profundo respeto. Fue interesante observar que grandes sectores de la población no entienden, y en consecuencia critican y rechazan, esta velocidad de actuación así como el cambio de orientación de la política de drogas. Durante decenios, el consumo de drogas se castigó imponiendo penas draconianas, y resulta difícil entender por qué ahora se financian centros de asistencia y se actúa para reducir los daños. Sin embargo, paradójicamente, la dependencia y el comportamiento adictivo están muy presentes y muchas familias se ven afectadas. De forma generalizada, la población carece de esclarecimiento e información. También los primeros pocos intentos de prevención revelan una fuerte influencia de las posiciones tradicionales, así como del pensamiento en blanco y negro. Tanto en Alemania como en Tailandia, la actitud interior de las personas, la percepción del ser humano y el entendimiento sobre la adicción desempeñan un papel central en la implementación práctica de la política y la estrategia de drogas. El estudio de la política de drogas y adicciones en un país extranjero exige obligatoriamente el análisis de las estrategias de atención de adicciones y la diversidad de ofertas del propio país. Esto conlleva múltiples beneficios para nosotros, pues en la rutina de los retos diarios pocas veces disponemos de espacio y tiempo para ello. Aquí como allá, el énfasis está puesto en la asistencia médica y psiquiátrica, y el enfoque del objetivo en la abstinencia; esto último mucho más en Tailandia que en nuestro país. Pero la adicción es una enfermedad extremadamente compleja y plantea un reto para el conjunto de la sociedad; además de la medicina y la psiquiatría, entran en juego la prevención, la organización del espacio social, el trabajo social, la ayuda a las familias, el empleo, los cuidados y otros muchos elementos. Incorporar a este discurso la voz y las necesidades de las personas afectadas es la contribución importante y valiosa que puede realizar Mudra e.V., tanto en Tailandia como en Alemania. Estoy muy agradecido por disponer de esta posibilidad.

 

¿Qué cambios le gustaría ver en el futuro? ¿Qué condiciones deben darse al respecto?

 

Deseo ver el reconocimiento de las adicciones sin juicios morales. Las personas que consumen drogas ilegales no pueden ser tratadas de distinta manera que las que consumen otras sustancias. Esto solo conduce a la exclusión, cuesta una cantidad enorme de dinero y recursos, dificulta la reintegración y mucho más. Todo el mundo consume drogas, y la diferenciación entre bueno y malo es artificial y perjudicial. La confianza en las personas y una prevención profesional temprana pueden contribuir a reducir notablemente los daños de la dependencia. Las drogas no son malas por sí mismas, pero es preciso aprender a manejarlas, tal como lo hace, por ejemplo, la inmensa mayoría de las personas que consumen alcohol. Nadie que esté en general satisfecho o satisfecha con su vida pone en riesgo su existencia. Las drogas no son el problema; pero se abusa de ellas para solucionar problemas. Para todos nosotros y todas nosotras sería recomendable reorientar el enfoque, alejándolo de las sustancias y concentrándolo en los problemas, las necesidades y las competencias de resolución de problemas. Esa es la clave. La mejor protección frente a la dependencia es la satisfacción, precisamente ante tentaciones cada vez más complicadas y diversas. Concentrémonos en identificar qué es realmente necesario para alcanzar la satisfacción personal, y qué podemos aportar al respecto todos y todas.

Recuadro sobre Mudra e.V.

 

La asociación Mudra – Alternative Jugend- und Drogenhilfe e.V. Nürnberg, fundada hace más de 40 años, es uno de los centros de atención de adicciones más antiguos de Alemania. Promueve un enfoque de aceptación, con una amplia gama de ofertas ambulatorias y hospitalarias: desde asesoramiento a personas afectadas y sus familiares, pasando por prevención, trabajo de calle, asistencia y acompañamiento en las terapias de sustitución, hasta ayuda terapéutica y proyectos de empleo y cualificación cuyo objetivo es la reincorporación a la vida laboral. Mudra e.V. desea reducir la problemática de las drogas para las personas individualmente y para la sociedad, así como también ayudar a las personas afectadas a llevar una vida independiente y satisfactoria.