"AUNQUE LA DEMANDA DE TRATAMIENTO ES GENERALMENTE ALTA EN ÁFRICA, SOLO 1 DE CADA 18 CONSUMIDORES DE DROGAS QUE NECESITAN SERVICIOS DE TRATAMIENTO REALMENTE LO OBTIENEN"

Mejorar la salud, la seguridad y el bienestar socioeconómico para reducir el consumo de drogas ilícitas y el tráfico de drogas. Estos son los objetivos del Plan de Acción de la Unión Africana sobre Control de Drogas y Prevención de Delitos (2019-2023), cuya sigla en inglés es AUPA, adoptado por la Unión Africana (UA) en julio de 2019. Como especialista en desarrollo social, la Dra. Jane Marie Ong'olo desempeñó un papel esencial en el desarrollo de este plan. Con más de 25 años de experiencia en los sectores de salud y desarrollo, gobernanza y protección social, así como en el control de drogas y la prevención del delito, dirige la División de Bienestar Social, Grupos Vulnerables y Control de Drogas de la UA. En el pasado, también trabajó para el Gobierno de Kenia, el British Council, la Organización Internacional del Trabajo (International Labour Organization, OIT) y la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (United Nations Office on Drugs and Crime, UNODC). En esta entrevista con GPDPD, nos dio una idea de cómo el AUPA está dando forma a la política de drogas actual y futura en los Estados africanos y tiene como objetivo proteger a los grupos de usuarios de drogas especialmente vulnerables, como las mujeres y los jóvenes.

GPDPD: Dentro de las regiones objetivo de la UA, los problemas más recientes se relacionan con el creciente consumo de cocaína, tramadol, Estimulantes de Tipo Anfetamínico (ETA) y Nuevas Sustancias Psicoactiva (NSP), así como el consumo de heroína. ¿Cómo aborda el AUPA estos problemas?

 

Dra. Jane Marie Ong'olo: África ya no es simplemente un punto de tránsito para el tráfico de drogas, sino un destino y muchos tipos de drogas se consumen cada vez más en todo el continente. Por supuesto, hay variaciones regionales y específicas de cada país. En cuanto a la heroína en particular, estamos hablando principalmente de países de África oriental con fronteras costeras, África meridional, así como de algunos países de África occidental que se ven afectados. En cuanto a la cocaína, el consumo de drogas se concentra principalmente en África occidental, mientras que el tramadol se consume principalmente en las regiones occidental, central y septentrional; las NSP también están emergiendo rápidamente.

 

Entonces, ¿qué estamos haciendo? A través de este plan de acción, la Unión Africana sigue promoviendo un enfoque multisectorial, equilibrado e integrado de la fiscalización de drogas, consciente de los desafíos mundiales relacionados con las drogas, incluidos la salud, el bienestar socioeconómico, la delincuencia, el terrorismo y la seguridad en nuestros Estados miembros.  Un enfoque de salud pública es fundamental. Ya no podemos usar solo los enfoques de aplicación de la ley. Tenemos personas que no decidieron convertirse en consumidores de drogas; no decidieron estar donde están. En este sentido, a través del Plan de Acción estamos promoviendo el tratamiento de los consumidores de drogas con respeto y dignidad. Alentamos a los Estados miembros a que establezcan servicios de prevención, tratamiento y atención posterior basados en evidencia.

 

Una vez más, las variaciones regionales deben tenerse en cuenta aquí. Algunos países tienen una mejor infraestructura y han aplicado un enfoque integral de prestación de servicios, por ejemplo, los países de África oriental. Los datos que tenemos de la Red Panafricana de Epidemiología sobre el Uso de Drogas (Pan African Epidemiology Network on Drug Use, PAENDU) indican que la mayoría de las personas que se presentan para recibir tratamiento están buscando tratamiento para el cannabis, el alcohol y la heroína y otras sustancias relacionadas con los opioides, y en cierta medida para las NSP. Este último, sin embargo, sigue siendo un terreno nuevo para nosotros y para la cocaína, el tratamiento tampoco ha sido muy bien establecido.

 

En los últimos años se ha visto un aumento en la identificación de sitios de producción de drogas en toda África. ¿Qué regiones son las más afectadas y qué implica esto con respecto a la realidad del tráfico de drogas en los Estados miembros de la UA?

 

Cuando hablamos de producción de drogas, esto se refiere principalmente al cannabis. No tenemos evidencia de coca cultivada ni de cocaína producida en África. Lo mismo ocurre con el cultivo de amapola y la producción de heroína. Sin embargo, el cannabis se cultiva en todo el continente y la producción de NSP también está comenzando a surgir en todas partes de África. Según los informes, al menos 13 laboratorios clandestinos de metanfetamina fueron desmantelados en África en 2018 (3 en Nigeria y 10 en Sudáfrica).

 

Por otro lado, se ha reportado tráfico de drogas en muchos países africanos. En términos generales, la región de África occidental ha sido utilizada como centro para el transbordo y el tráfico de cocaína hacia fuera del continente. En el caso de la heroína, éste se encuentra más bien en las regiones de África oriental y meridional. Debemos abordar esto y comenzar a tener un enfoque equilibrado e integrado y esto es realmente lo que el Plan de Acción pretende promover: no solo tratar de gestionar y controlar la disponibilidad de drogas a través de medidas de aplicación de la ley, sino también poner en marcha medidas de salud pública para abordar el impacto socioeconómico del consumo de drogas. Es por eso que consideramos que este plan tiene una visión de futuro. Cuando se trabaja en medidas que incluyen medios de subsistencia lícitos y sostenibles, se comienzan a abordar los factores que pueden haber estado presionando a las personas a ganarse la vida a través del tráfico de drogas o la producción de drogas ilícitas.

El AUPA es el quinto marco estratégico para el desarrollo de políticas de drogas, ¿en qué se diferencia del marco anterior en términos de su enfoque?

 

El AUPA se actualiza cada 5 años para capturar las tendencias emergentes y las orientaciones políticas previstas por los Estados miembros de la UA para abordar el desafío de las drogas de una manera integral y equilibrada. Yo diría que el AUPA más reciente no presenta ningún cambio fundamental como tal, sino que es mucho más completo y equilibrado. Hay un mayor reconocimiento para abordar el impacto sanitario y social del consumo de drogas, y para priorizar ciertas áreas mucho más que antes, especialmente, con respecto a la reducción de daños y el Desarrollo Alternativo.

 

Los Planes de Acción anteriores siempre han abogado por servicios integrales, accesibles, informados por la evidencia, éticos y basados en los derechos humanos para la prevención del consumo de drogas, el tratamiento de la dependencia y la atención posterior, pero sin mencionar el término reducción de daños. El plan actual lo nombra explícitamente. El Desarrollo Alternativo (sustitución de cultivos ilícitos), por otro lado, es un concepto relativamente nuevo en el Plan de Acción y, aunque esto todavía requiere mucha investigación, estamos comenzando a explorar conceptos para medios de subsistencia lícitos y sostenibles. ¿Qué significa? ¿Cómo se puede aplicar y en qué circunstancias? Teniendo en cuenta que la principal droga ilícita que se cultiva en África es el cannabis.

 

¿Se ha inspirado el AUPA en las lecciones aprendidas y las mejores prácticas a nivel internacional? De ser así, ¿cuáles han sido las principales fuentes de orientación?

 

Uno de los documentos que guió el desarrollo de este Plan de Acción fue el Documento Final de la UNGASS (2016) y la Posición Común Africana para la UNGASS. Este nuevo consenso apoya una política de drogas que está mucho más orientada a las políticas de salud pública, influenciada en particular por cómo los servicios integrales y basados en evidencia para la prevención y el tratamiento de las drogas han mejorado, claramente, los resultados para las personas que usan drogas. Esto nos ayudó a articular medidas para abordar el impacto sanitario y social de las drogas.

 

La experiencia de otras organizaciones, como la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas de la Organización de los Estados Americanos (OEA/ CICAD) fue esencial. Además, el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (OEDT) fue una fuente importante de orientación. Incluso, la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (Economic Community of West African States (ECOWAS), CEDEAO) y su Red de Epidemiología del África Occidental sobre el Consumo de Drogas (West African Epidemiology Network on Drug Use, WENDU), que a su vez influyeron en la formación de la PAENDU para la recopilación sistemática de datos epidemiológicos sobre drogas, fueron fuentes regionales clave. El plan de desarrollo económico africano (African Economic Development blueprint, Agenda 2063) y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (UN Sustainable Devlopment Goals, SDGs) también influyeron en el AUPA. Por lo tanto, el Plan de Acción se basó en documentos y datos regionales e internacionales.

 

¿Cuáles son las implementaciones prácticas ya promovidas como parte del AUPA en los Estados miembros? ¿Podría nombrar algún ejemplo específico y si hay evidencia de su efectividad?

 

El AUPA todavía es muy nuevo, ya que fue adoptado por los jefes de estado de la Unión Africana solo en febrero de 2020, muy cerca del inicio de la pandemia de COVID-19. Entonces, en realidad, es demasiado pronto para hablar sobre la efectividad de las medidas.

 

Lo que hemos hecho y lo que mejor sabemos hacer es consultar con los Estados miembros sobre cómo alinear el marco de la política de drogas con sus leyes nacionales. Una de las actividades importantes que seguimos implementando del Plan de Acción anterior es la recopilación de datos sistemáticos de las redes nacionales de epidemiología que alimentan la red continental de epidemiología. Hasta la fecha, tenemos 30 Estados miembros vinculados a la red continental, recopilando sistemáticamente datos sobre la reducción en la demanda y la oferta de tratamiento. Hemos elaborado tres informes continentales sobre epidemiología de las drogas, que siguen proporcionando información sobre la situación del tráfico y el consumo de drogas en África, lo que sirve de base para la respuesta legislativa.

 

El marco de trabajo menciona que un grupo vulnerable son los jóvenes. Los proyectos anteriores que fueron elogiados como programas de prevención efectivos fueron el programa escolar "Unplugged" en Nigeria y el Programa de Tratamiento con Metadona para la reducción de daños en Senegal. ¿Podría describir de qué manera estos programas fueron efectivos y si dichos programas han sido adoptados en otros Estados miembros de la UA?

 

Unplugged es una iniciativa de la UNODC que trabaja en el desarrollo de conocimientos y habilidades más sólidos, y que está directamente relacionada con la prevención del consumo de sustancias por parte de los jóvenes. Lo que me gusta es el enfoque de habilidades para la vida. Se está implementando a nivel escolar, tiene una duración de 12 sesiones, lo que lo hace también muy ligero en el sistema educativo y desarrolla principalmente influencia social en la protección. La iniciativa se ha replicado en Mauricio, Nigeria, Egipto y Marruecos. Desde el año pasado, Mauricio ha involucrado al sector privado para contribuir sustancialmente a ello, por lo que viene con un elemento sostenible.

 

Está dirigido a niños en las escuelas, y específicamente, a los más vulnerables al consumo de drogas. Es una iniciativa prometedora y es un enfoque que queremos adoptar. Esto podría hacerse mediante la participación del sector privado (como se hizo en Mauricio). Todavía es muy pronto para hablar de lo efectivo que es. Sin embargo, los programas que se dirigen al desarrollo de habilidades para la vida realmente mejoran la resiliencia de los jóvenes no solo contra las drogas y el abuso de sustancias, sino en general.

 

El programa de tratamiento con metadona en Senegal tiene pocos años y es una de las mejores iniciativas en la reducción de daños en África occidental.  Estamos orgullosos del programa en Senegal porque es uno de los de más rápido crecimiento en África occidental. Proporciona no solo metadona, sino también servicios relacionados, como por ejemplo, programas de jeringas, suministro de condones, pruebas, etc. También se enfoca en el VIH y la Hepatitis C. Al proporcionar fondos para el tratamiento de sustitución de opioides, el gobierno senegalés se ha unido a solo un puñado de iniciativas similares en el África subsahariana.

 

Mauricio fue el primero en iniciar programas de tratamiento que incluían programas de intercambio de metadona y agujas. Aquí, la prevalencia del VIH entre los usuarios de drogas disminuyó significativamente, por lo que es realmente un enfoque que funciona. Estamos experimentando un crecimiento exponencial en el consumo de drogas, incluida la heroína en forma inyectable, en muchos países. Por lo tanto, es un enfoque que la Unión Africana está promoviendo.

 

Las mujeres constituyen otro grupo vulnerable en términos de ser consumidoras de drogas, así como de ser utilizadas como correo humano para el transporte de drogas en África. ¿Cómo se dirige específicamente el Plan de Acción a este grupo?

 

Estamos brindando mucha capacitación a las mujeres y especialmente a las mujeres que son atraídas hacia el tráfico de drogas. Al estar involucradas en el tráfico de drogas, , a menudo también se dedican al trabajo sexual y, a veces, tienen que consumir drogas para poder hacer frente a este tipo de ocupación.

 

Entonces, lo que el Plan de Acción está promoviendo ahora, son instalaciones de tratamiento especializadas, donde las mujeres no son estigmatizadas ni abusadas. El AUPA también promueve la protección de las mujeres en los centros de acogida para que no sean acosadas por la policía o la comunidad, u otros consumidores de drogas masculinos cuando ellas van a recoger sus jeringas u otros productos. Tanzania, como ejemplo concreto, ha puesto en marcha muchas medidas para proteger a las mujeres consumidoras de drogas de esta manera.

 

Es importante destacar que las mujeres a menudo están en conflicto con la ley. Son arrestadas por trabajo sexual, son arrestadas por posesión y por consumo de drogas. Cuando están encarceladas, estas mujeres tienen que dejar a sus hijos en casa. Por lo tanto, una de las medidas que tenemos en marcha es promover alternativas al encarcelamiento, haciendo trabajo comunitario, por ejemplo, en lugar de introducirlas en el entorno penitenciario.

 

Todavía hay mucho estigma en torno a las mujeres que usan, cultivan y trafican drogas en comparación con los hombres, lo que afecta negativamente los servicios que reciben. En general, muchas personas todavía piensan que los consumidores de drogas son criminales, que buscaron esto para sí mismos y no merecen ninguna misericordia. Por lo tanto, gran parte de nuestro trabajo gira en torno a la defensa de la desestigmatización. El Plan de Acción tiene como objetivo llevar progresivamente a los países al mismo nivel de comprensión respecto a las necesidades de las personas que consumen drogas y respecto a las posibles actividades económicas alternativas lícitas y sostenibles para quienes participan en la producción y el tráfico, especialmente las más vulnerables como las mujeres.

 

¿Cómo promueve el marco de trabajo en la desestigmatización y la descriminilización de los consumidores de drogas en general?

 

En varios niveles. En primer lugar, todo se centra en mejorar la salud, la seguridad y el bienestar de las personas y no se puede hacer eso hasta que se trate a las personas de manera justa e igualitaria, respetando sus derechos humanos y su dignidad. Por lo tanto, en términos del principio de salud pública en el Plan de Acción, estamos reconociendo la adicción como un trastorno de salud multifactorial que requiere tratamiento como cualquier otra enfermedad. Por lo tanto, una forma de promover la desestigmatización es a través de la promoción.

 

La otra es más práctica. El problema es que hemos visto leyes contradictorias. Tenemos leyes que penalizan la posesión de drogas y tenemos una política de salud pública, que se centra en la prestación de servicios desde una perspectiva de salud. Por lo tanto, es posible que esté proporcionando servicios de reducción de daños que son ilegales desde una perspectiva de aplicación de la ley. Al abordar las necesidades de los consumidores de drogas de manera integral, a través del Plan de Acción, aconsejamos a los países que formen comités directivos nacionales que traigan a actores de todos los sectores: la aplicación de la ley, la salud pública y el desarrollo social y las ONG. Hemos visto un consenso alcanzado en muchos casos en los que la policía que normalmente arrestaría a aquellos con "parafernalia ilegal" (agujas, jeringas, etc.) proporcionaría seguridad y escoltaría a los usuarios de drogas para recibir sus servicios a pesar de la inconsistencia entre las leyes de seguridad y salud pública. Por lo tanto, si bien la promoción a nivel de políticas continúa, la aplicación práctica en los niveles más bajos de prestación de servicios se lleva a su vez de vuelta al comité directivo e influye en el desarrollo de políticas apropiadas.

 

Otro objetivo del marco de trabajo se refiere a la provisión de alternativas a la sanción privativa de la libertad para descongestionar las cárceles y evitar la reincidencia. ¿A qué tipo de alternativas se refiere esto?

 

A varias, dependiendo del país. Una alternativa utilizada por casi todos los países, y esto es a discreción de los magistrados, son las órdenes de libertad condicional y las órdenes de servicio comunitario. Funciona y estamos promoviendo su uso continuo. El problema con las órdenes de libertad condicional y servicio comunitario es que no necesariamente proporcionan una opción de tratamiento. Por lo tanto, simplemente hemos desviado a los consumidores de drogas del entorno penitenciario, pero no hemos reducido su consumo de drogas.

 

Por lo tanto, decimos que, además del trabajo comunitario y la libertad condicional, las personas deben ser enviadas a centros de tratamiento, solo voluntariamente, por supuesto, ya que no podemos obligar a las personas a recibir tratamiento. Sin embargo, aunque la demanda de tratamiento generalmente es alta en África, solo 1 de cada 18 usuarios de drogas que necesitan servicios de tratamiento realmente lo reciben. En comparación con el nivel global, en el que 1 de cada 6 personas recibe tratamiento, esto es crítico. Por lo tanto, mientras trabajamos con el sistema de justicia penal, también estamos presionando continuamente para que el sector del desarrollo social y la salud pública ofrezcan opciones de tratamiento y reintegración más accesibles y adecuadas.

 

El Plan de Acción declara dirigirse a "las comunidades de productores en el sector agrícola con un enfoque específico en la Educación y Formación Técnica y Profesional (Technical, Vocational Education and Training, EFTP)". ¿Puede darnos algunas ideas sobre lo que esto implica en la práctica?

 

El marco de trabajo no solo está siendo implementado por el Departamento de Asuntos Sociales, sino que se alimenta de muchos otros Planes de Acción de la Comisión de la UA. Cuando se trata de Desarrollo Alternativo (DA) hay vínculos con otros departamentos, en particular, con el Programa de Desarrollo Integral de la Agricultura en África (Comprehensive Africa Agriculture Development Programme, CAADP) del Departamento de Agricultura. Las sinergias y los vínculos entre los departamentos son importantes porque a menudo, las personas que han dejado el tratamiento y/o las personas que han dejado de traficar drogas ya no saben qué hacer. Entonces, a través de grupos de coordinación nacionales, trabajamos para tener sistemas que brinden capacitación y posibilidad de ingresos para estas personas. Algunas de las instituciones en nuestros Estados miembros inscriben a trabajadores de extensión agrícola para dirigirse a las comunidades con cultivos de drogas. De hecho, el mayor desafío que tenemos es encontrar alternativas de ingresos sostenibles, mejores y lícitas para los traficantes y los cultivadores de drogas. El Desarrollo Alternativo es una opción, y lo vinculamos a nuestro programa agrícola, pero creo que todavía necesitamos hacer mucha exploración e investigación sobre lo que funciona antes de que podamos invertir recursos en programas específicos de Desarrollo Alternativo.

 

¿Qué tan significativo, en términos de importancia, es el papel de los actores de la sociedad civil en la implementación de este nuevo marco estratégico?

 

Las OSC forman parte de los marcos nacionales de implementación. Una de las estructuras recomendadas en el AUPA es la presencia de consejos/comités coordinadores nacionales de drogas multisectoriales que incorporen a todos los actores. Creemos que esta asociación está ocurriendo en muchos países, ya que una gran parte de los servicios de prevención, tratamiento y reducción de daños de drogas son proporcionados por ONGs y otros actores no estatales.

 

Si uno piensa en el tratamiento y el servicio, ¿quiénes son los trabajadores de extensión? ¿Quién está en los centros de acogida? En realidad, son las ONGs. Pueden llegar a los más difíciles de alcanzar. Incluso en términos de medios de subsistencia sostenibles, agricultura y comercio, si bien los gobiernos proporcionan el marco de políticas, en su mayoría son agencias no gubernamentales en el terreno.  Por lo tanto, tienen un papel enorme y debe promoverse. La sociedad civil puede recopilar datos rápidamente desde el terreno con respecto a la evidencia sobre lo que funciona. En muchos países donde los servicios de reducción de daños eran ilegales, las ONGs y otros proveedores de servicios a nivel comunitario pudieron generar pruebas de enfoques de salud pública viables, incluso en ausencia de una base jurídica. Por lo tanto, tienen la capacidad de desarrollar y generar evidencia para proporcionar servicios mucho más rápido.

 

¿Ve alguna limitación con respecto al nuevo marco estratégico y cómo cree que estas deficiencias (si las hay) podrían abordarse en el futuro?

 

Ningún marco de trabajo es perfecto, y no creo que ninguno logre eso. Siempre hay margen de mejora y por eso lo revisamos cada 5 años.

 

Dicho esto, apenas ha pasado un año desde la adopción del marco. No hemos realizado ninguna evaluación para determinar las limitaciones que pueden necesitar ser abordadas.  Es una declaración de intenciones con muchos de sus objetivos en términos generales para poder capturar cualquier nuevo pensamiento, tendencias emergentes o ideas que los Estados miembros consideren necesarias y respaldadas por evidencia para trabajar en abordar el problema mundial de las drogas que afecta al continente.

 

La Unión Africana (UA) es un organismo continental, que comprende 55 Estados miembros africanos y fue lanzado en 2002 como sucesor de la Organización de la Unidad Africana (OUA). El relanzamiento de la organización se llevó a cabo como una decisión para cambiar el enfoque de la lucha por la descolonización hacia la promoción del crecimiento y el desarrollo económico del continente a través de la inclusión ciudadana y el aumento de la cooperación entre los estados africanos. Su tarea principal es el desarrollo de políticas y estrategias para los Estados miembros, así como promover la incorporación de estas políticas en la legislación nacional y su eventual implementación. Las principales esferas de trabajo incluyen la resolución de conflictos, la paz y la seguridad, el desarrollo agrícola, el comercio y el desarrollo industrial, la educación, la democracia y los derechos humanos. En julio de 2019, el organismo adoptó el Plan de Acción de la UA sobre Control de Drogas y Prevención del Delito (2019-2023), que tiene como objetivos reducir el consumo de drogas ilícitas, el tráfico y la actividad delictiva asociada, a través de la mejora de la salud, la seguridad y el bienestar socioeconómico de las personas que viven en África.