HISTORIAS DE ALBANIA

Albania es uno de los principales países productores de cannabis en Europa. Aun cuando en Albania está prohibido el cultivo de cannabis y el Gobierno se esfuerza en reducirlo, la principal causa que provoca el cultivo ilícito persiste: en las apartadas regiones montañosas, marcadas por la pobreza, resulta difícil ganar un sustento adecuado. El GPDPD habló en otoño de 2019 con habitantes de la región alrededor de Shkodra, en el norte de Albania. Las actas de las conversaciones permiten hacerse una idea de unas condiciones de vida caracterizadas por el aislamiento, el desempleo y la emigración.

“Pult puede convertirse en un lugar donde la gente pueda vivir bien.”

Vilson Peshkoj, 29 años, funcionario administrativo del municipio de Shkodra y al cargo de Shala, Shosh y Pult

 

Conversación grabada el 22.11.2019

Me gusta recordar mi infancia en las montañas. Viví en Pult hasta los 11 años. Pasaba mucho tiempo con mi padre en contacto con la naturaleza. Íbamos juntos a pescar y caminábamos durante horas de una aldea a otra. Por el camino bebíamos agua fresca de los arroyos. Aunque era un niño, no tenía problemas para hacer esas largas caminatas, porque el aire era muy puro y después todas las comidas sabían a gloria.

 

Nuestra región se caracteriza por una naturaleza intacta de gran belleza, con sus montañas salvajes, el río Kiri de aguas cristalinas y sus numerosos lagos. La gente de aquí es conocida por su hospitalidad, que es la esencia de la cultura y la tradición del norte de Albania. Tenemos que aprender a sacar partido a estos valores. Lucho para que la gente vea el potencial y comprenda cómo aprovecharlo de forma sostenible y pueda vivir de él. Para mí, sostenible significa que el desarrollo debe salir del corazón. El dinero no puede ser el único motivo para el cambio.

 

Como funcionario administrativo, mi labor consiste en ofrecer a las personas que viven en las unidades administrativas de Shala, Shosh y Pult los servicios del municipio. Recopilo todas las solicitudes administrativas de la gente del pueblo y se las transmito a la institución competente. Por ese motivo, mantengo una relación estrecha con la gente y me entero de sus problemas.

 

Necesitamos urgentemente un estudio base y conceptos sobre el modo en que la población de la región pueda generar ingresos en armonía con su entorno. En mi opinión, se necesitan capacitaciones en el ámbito del turismo y del uso sostenible de las tierras para nuestros agricultores y agricultoras: ¿Cómo se producen productos ecológicos? ¿Y cómo se crea una etiqueta ecológica bajo la que se puedan comercializar los productos? Aquí todo el mundo cultiva productos agrícolas de forma natural, pero la gente sabe muy poco sobre certificaciones o sobre cómo cooperar en el sector. Creo que si adquirimos esos conocimientos, Pult puede convertirse en un lugar donde la gente pueda vivir bien.

“Tenemos que impulsar el desarrollo y crear empleo para que los habitantes de Pult puedan sobrevivir.”

Toma Marku, 60 años, economista y director administrativo de Pult, Shala y Shkodra

 

Conversación grabada el 22.11.2019

Hace cuatro años, el alcalde de Shkodra me nombró administrador del municipio de Pult. Como parte de mi trabajo, hablo con todo el mundo, somos una gran familia. Conozco los problemas de la gente e intento ayudar lo mejor que puedo.

 

Nos enfrentamos a grandes retos. Hasta 1996 aún vivían en Pult más de 3.000 personas. Era un lugar animado, con una gran vida cultural y la gente se reunía en numerosos eventos. Después, muchas personas emigraron a las ciudades y al extranjero. Actualmente, solo quedan 1.870 habitantes. Sobre todo, se marchan los jóvenes, porque aquí no tienen perspectivas. Yo tengo cuatro hijos. Uno vive en los EE. UU., otro en Italia; en Pult no tienen futuro. Sin embargo, la región tiene un gran potencial: la belleza del paisaje es única, invita a desarrollar una infraestructura turística.

 

En esta zona se encuentra uno de los mayores bosques de castaños del norte de Albania. Los árboles crecen sobre una superficie de 2.000 hectáreas y tienen más de 200 años. Hemos iniciado un mini-proyecto y estamos capacitando a pequeños agricultores y agricultoras sobre cómo pelar las castañas, pues las castañas peladas se venden mejor. Los agricultores y agricultoras participaron en el desarrollo del proyecto desde el principio y lo han terminado de definir junto con la autoridad forestal. Ese ha sido un factor esencial para su éxito. De este modo, hemos creado empleo.

 

Tenemos que impulsar el desarrollo en la región para que las personas que aún viven aquí puedan sobrevivir y los jóvenes que se han ido regresen e inviertan.

“No tenemos ni atención médica ni calles asfaltadas.”

Sokol Hili, 53 años, síndico de Kiri

 

Conversación grabada el 22.11.2019

Soy el síndico de Kiri. Fui elegido en junio de 2019 por el consejo del pueblo. El municipio me paga 5.000 ALL al mes (40 EUR), pero no tengo seguro médico ni seguridad social. Estoy casado y tengo cinco hijos, de los que dos viven en Italia. Deseo con todo mi corazón que vuelvan. Pero Kiri es pobre y no hay trabajo. Cada vez tiene menos habitantes: en 1996 aún había 2.000, hoy solo quedan 350.

 

Mi trabajo consiste en hacer oír la voz de la comunidad en las instituciones públicas para que sus problemas sean escuchados. Los habitantes del pueblo consideran que soy responsable de todo: desde el agua potable y el funcionamiento de la escuela hasta cuestiones de salud. La gente me llama día y noche, especialmente cuando tienen alguna enfermedad o lesión. No tenemos ni atención médica ni calles asfaltadas. Tenemos que llevar a las personas enfermas con medios privados a la ciudad, donde las pueden atender.

 

Como síndico del pueblo también me corresponde controlar las actividades ilícitas en el pueblo. Soy responsable si se encuentra cannabis, porque tengo que presentar informes si descubro cultivos ilícitos de cannabis.