Política de drogas orientada a la salud

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Minimizar los daños del consumo de drogas: Un enfoque orientado a la salud

El consumo de drogas plantea numerosos riesgos, tanto para las personas como para la sociedad. Para hacer frente a estos riesgos de forma eficaz, el GPDPD se ha comprometido a promover una política de drogas orientada a la salud en todo el mundo. La aplicación en Alemania de medidas de reducción de daños sirve de modelo fundamental para este enfoque.

En 2020, 284 millones de personas en todo el mundo consumían sustancias ilícitas, y el 13,6% de ellas se enfrentaba a una adicción que amenazaba gravemente su bienestar. Más de 11 millones de personas recurren a las drogas inyectables, la mitad de ellas con hepatitis C y una de cada ocho con VIH. Las consecuencias del uso de jeringuillas contaminadas pueden tener repercusiones de por vida. Trastornos psicológicos como la ansiedad y la depresión, unidos al aislamiento social, agravan aún más los daños causados por el consumo de drogas. Sorprendentemente, solo en 2019, el consumo de drogas se cobró la vida de 494.000 personas en todo el mundo.

 

La clave para reducir los riesgos

 

La adopción de un enfoque de Reducción de Daños en la política de drogas es fundamental para minimizar los riesgos y priorizar la salud individual. Alemania ha sido pionera en la aplicación de medidas de Reducción de Daños, que constituyen uno de los pilares de la Estrategia Nacional sobre Drogas y Toxicomanías del Gobierno alemán. A nivel internacional, el GPDPD, que trabaja en nombre del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo (BMZ), aboga por este enfoque de la política de drogas orientado a la salud.

 

Reducción de daños

 

La reducción de daños engloba una serie de medidas destinadas a reducir los riesgos asociados al consumo de drogas. Algunos ejemplos prácticos son los programas de intercambio de agujas y jeringuillas, la terapia con agonistas opiáceos, los servicios de asesoramiento y pruebas del VIH de fácil acceso y las salas de consumo de drogas. Igualmente importante es la difusión de información sobre el consumo seguro de sustancias y las prácticas sexuales más seguras para las personas que consumen drogas. Al dar prioridad a las necesidades y los derechos de las personas en lugar de condenar moralmente el consumo de drogas, las medidas de reducción de daños han demostrado ser muy eficaces para reducir las tasas de transmisión del VIH y la hepatitis C. Desde 2004, estos servicios rentables cuentan con el respaldo de la Organización Mundial de la Salud por su éxito a la hora de frenar las infecciones por VIH y prevenir el consumo de drogas de alto riesgo.

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millones de personas
se inyectan drogas en todo el mundo en 2020 (UNODC 20212
0
personas
murieron en 2019 como consecuencia del consumo de drogas (UNODC 2022)
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%
sobrevivieron a una sobredosis tras la administración de naloxona

Progresos y éxitos en los esfuerzos mundiales de reducción de daños

 

Según el exhaustivo informe "The Global State of Harm Reduction 2022", se han producido avances significativos en los esfuerzos mundiales de reducción de daños. Por primera vez en ocho años, el número de países que aplican servicios de reducción de daños ha aumentado significativamente. El informe destaca que 92 países tienen ahora al menos un Programa de agujas y jeringuillas (PNA), frente a los 86 países que lo tenían en 2020. Además, 87 países han establecido al menos un programa de Terapia con Agonistas Opiáceos (TAO), frente a los 84 países del año anterior. El número de países con Salas de Consumo de Drogas (DCR) legales y operativas también ha aumentado, con 16 países que actualmente ofrecen estas instalaciones, frente a 12 en 2020.

 

Una puerta al tratamiento

 

Los servicios de reducción de daños desempeñan un papel crucial a la hora de animar a las personas con un patrón de consumo problemático a plantearse un tratamiento. Al no hacer hincapié únicamente en la abstinencia como objetivo, estas medidas resultan especialmente atractivas para quienes no pueden o no quieren dejar de consumir drogas a corto plazo. En consecuencia, constituyen un punto de entrada de bajo umbral a la asistencia y los servicios sanitarios estatales.

 

El derecho a la salud de todos

 

El concepto de reducción de daños surgió a principios de los años 90 como respuesta pragmática a enfermedades infecciosas como el VIH y la hepatitis C. Con el tiempo, los enfoques basados en pruebas han demostrado su éxito en países como Alemania, Suiza y Portugal. En la actualidad, 104 países reconocen y apoyan la reducción de daños en sus documentos políticos nacionales. Sin embargo, en muchos otros países, este principio vital sigue sin reconocerse, lo que se traduce en una asistencia limitada para las personas que lo necesitan. Las personas con trastornos por consumo de drogas a menudo se enfrentan a la estigmatización, la criminalización y a penas de prisión excesivamente largas, ya que prevalecen las medidas puramente represivas.

 

Urge el reconocimiento mundial

 

Especialmente en los países en desarrollo y emergentes, los retos asociados al consumo de drogas de alto riesgo son significativamente graves. Estos países se enfrentan a dificultades a la hora de acceder a una asistencia contra la adicción basada en pruebas para las personas que consumen drogas. Con este telón de fondo, el GPDPD aconseja a los gobiernos interesados en alinear más su política de drogas con enfoques orientados a la salud, así como fomentar el intercambio de conocimientos a través de la Reunión Internacional de Grupos de Expertos.