Política de drogas orientada a la salud
Minimizar los daños del consumo de drogas: Un enfoque orientado a la salud
El consumo de drogas plantea numerosos riesgos tanto para las personas como para la sociedad. Para afrontar estos riesgos de forma eficaz, el GPDPD se ha comprometido a promover una política de drogas orientada a la salud en todo el mundo. La implementación en Alemania de medidas de reducción de daños sirve de modelo fundamental para este enfoque.
En 2022, 292 millones de personas en todo el mundo consumieron sustancias ilícitas, y el 21,9 % (64 millones) de ellas enfrentaban una adicción que amenazaba gravemente su bienestar. Más de 13,9 millones de personas recurren a las drogas inyectables; la mitad de ellas tiene hepatitis C y una de cada ocho, VIH. Las consecuencias del uso de jeringuillas contaminadas pueden tener efectos de por vida. Los trastornos psicológicos como la ansiedad y la depresión, junto con el aislamiento social, agravan aún más los daños causados por el consumo de drogas.
La clave para la reducción de riesgos
La adopción de un enfoque de Reducción de Daños en la política de drogas es fundamental para minimizar los riesgos y priorizar la salud individual. Alemania ha sido pionera en la implementación de medidas de reducción de daños, que constituyen uno de los pilares de la Estrategia Nacional sobre Política de Drogas y Adicciones del gobierno alemán. A nivel internacional, el GPDPD, que trabaja en nombre del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo (BMZ), promueve este enfoque de la política de drogas orientado a la salud.
Reducción de daños
La reducción de incluye engloba una serie de medidas destinadas a reducir los riesgos asociados al consumo de drogas. Algunos ejemplos prácticos incluyen los programas de intercambio de agujas y jeringuillas, la terapia con agonistas opiáceos, los servicios de asesoramiento y pruebas del VIH de fácil acceso y las salas de consumo de drogas. Igualmente importante es la difusión de información sobre el consumo seguro de sustancias y las prácticas sexuales seguras para las personas que consumen drogas. Al priorizar las necesidades y los derechos de las personas en lugar de condenar moralmente el consumo de drogas, las medidas de reducción de daños han demostrado ser muy eficaces para reducir las tasas de transmisión del VIH y la hepatitis C. Desde 2004, estos servicios rentables cuentan con el respaldo de la Organización Mundial de la Salud debido a su éxito en frenar las infecciones por VIH y prevenir el consumo de drogas de alto riesgo.
Cifras / Datos / Hechos
Progresos y éxitos en los esfuerzos mundiales de reducción de daños
Según el exhaustivo informe "The Global State of Harm Reduction 2024", se han registrado avances significativos en los esfuerzos mundiales de reducción de daños. Por primera vez en ocho años, el número de países que implementan servicios de reducción de daños ha aumentado significativamente. El informe destaca que 94 países tienen ahora al menos un programa de agujas y jeringuillas (PNA), frente a los 92 países que lo tenían en 2022. Además, 94 países han establecido al menos un programa de Terapia con Agonistas Opiáceos (TAO), frente a los 88 países del año anterior. El número de países con Salas de Consumo de Drogas (DCR) legales y operativas también ha aumentado, con 18 países que actualmente ofrecen estas instalaciones, frente a 16 en 2022.
Una puerta al tratamiento
Los servicios de reducción de daños desempeñan un papel crucial al animar a las personas con un patrón de consumo problemático a plantearse un tratamiento. Al no centrarse hincapié únicamente en la abstinencia como objetivo, estas medidas resultan especialmente atractivas para quienes no pueden o no quieren dejar de consumir drogas a corto plazo. En consecuencia, constituyen un punto de entrada accesible a la asistencia y los servicios sanitarios estatales.
El derecho a la salud de todos
El concepto de reducción de daños surgió a principios de los años noventa como respuesta pragmática a enfermedades infecciosas como el VIH y la hepatitis C. Con el tiempo, los enfoques basados en evidencia han demostrado su éxito en países como Alemania, Suiza y Portugal. En la actualidad, 108 países reconocen y apoyan la reducción de daños en sus documentos políticas nacionales. Sin embargo, en muchos otros países, este principio vital sigue sin ser reconocido, lo que resulta en una asistencia limitada para las personas que lo necesitan. Las personas con trastornos por consumo de drogas a menudo se enfrentan a la estigmatización, la criminalización y a penas de prisión excesivamente largas, ya que prevalecen las medidas puramente represivas.
Urge el reconocimiento mundial
Especialmente en los países en desarrollo y emergentes, los retos asociados al consumo de drogas de alto riesgo son extremadamente graves.Estos países enfrentan dificultades para acceder a una asistencia contra la adicción basada en evidencia para las personas que consumen drogas. En este contexto, el GPDPD asesora a los gobiernos interesados en alinear más su política de drogas con enfoques orientados a la salud y fomenta el intercambio de conocimientos a través de la Reunión Internacional de Grupos de Expertos.